miércoles, 4 de septiembre de 2013

[Flying Ball]

4 comentarios:

Miguel García dijo...

La instantánea consigue su esencia: detener el tiempo en un instante preciso de modo que, aunque todo detenido, el movimiento está ahí, latente. En este caso, además, el modo de componer la imagen añade cierta tensión, cierta sensación de equilibrio inestable que nos hace sentir que algo va a ocurrir de un momento a otro. Un abrazo,

luis dijo...

Estoy plenamente de acuerdo con Miguel
Únicamente un pero... para mi que sobra el edificio de la derecha.
Un abrazo

David Lázaro dijo...

Muchas gracias por vuestro tiempo y por vuestros comentarios.
Creo que llevas razón, Luis, pero la escena fue rápida y poco tiempo tuve para pensar en el edificio cuando encuadré.

Un fuerte abrazo.

XuanRata dijo...

Qué maravilla, David, todavia estoy con la boca abierta. No solo es el tema: niños jugando a la pelota en un tejado imposible; no solo es la composición con esa división entre luz y sombra, entre fachada y jardín; no solo es el dibujo preciso de la coreografía de los niños sobre la cuadrícula que dibuja a su vez el edificio; no solo es también esa otra figura que escala las sombras como un duende que no quiere perderse toda es magia. Es todo eso reunido en un instante de gracia.

Un fuerte abrazo.